Te Deum


El Te Deum Ecuménico de Fiestas Patrias es una liturgia de acción de gracias realizada en Chile cada 18 de septiembre (a las 11 horas) en la Catedral Metropolitana de Santiago, con ocasión de las Fiestas Patrias que se celebran en ese país. En él participan las maximas autoridades del país encabezadas por el Presidente de la República, y de casi todas las confesiones religiosas del país, ya que desde el año 1971, a solicitud expresa del entonces recién asumido Presidente de la República Salvador Allende, el Te Deum tiene un carácter ecuménico. Ese año, el entonces Arzobispo de Santiago, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, invitó a obispos y pastores de otras Iglesias cristianas a participar con sus oraciones en esta ceremonia.

Trayectoria militar


Se ha desempeñado como paracaidista militar, profesor militar de escuela en la asignatura de táctica de infantería y profesor militar de academia en las asignaturas de Historia Militar y Estrategia y Táctica y Operaciones. En diciembre de 2006, le correspondió dirigir las exequias del ex Presidente y ex Comandante en Jefe, Capitán General Augusto Pinochet.

Joaquín Lavín


Joaquín José Lavín Infante (*Santiago, 23 de octubre de 1953), ingeniero comercial y político chileno. Padre de 7 hijos, su esposa es la ex concejala por la comuna de Santiago, María Estela León. Colaboró con el gobierno militar de Augusto Pinochet y fue alcalde de las comunas de Las Condes y Santiago en democracia. Se postuló a la presidencia de Chile en 1999, perdiendo frente a Ricardo Lagos en segunda vuelta por un estrecho margen y fue uno de los dos candidatos de la coalición Alianza por Chile (junto a Sebastián Piñera) a presidente en 2006, sin conseguir pasar a segunda vuelta, siendo superado por su compañero de Alianza. Milita en la Unión Demócrata Independiente.

Descripción


Los jesuitas, que así se conoce a los miembros de esta orden, trabajan por la evangelización del mundo,la defensa de la fe, muy significativo es la defensa apologética frente al protestantismo, la reforma de la Iglesia y el servicio al Papa (Vicario de Cristo en la Tierra). La finalidad de esta Compañía es «la perfección cristiana, propia y ajena, para gloria y servicio de Dios».

La formación en la Compañía de Jesús dura entre 12 y 14 años. Empieza con el noviciado (dos años) y continúa con un proceso de formación intelectual que incluye estudios de Humanidades, Filosofía y Teología. Además, los jesuitas en formación realizan tres años de «prácticas» (período de magisterio, regency en inglés) en colegios o en otros ámbitos (trabajo parroquial, social, medios de comunicación, etc). El estudio a fondo de idiomas, disciplinas sagradas y profanas, antes o después de su ordenación sacerdotal, ha hecho de los miembros de la SJ, durante casi cinco siglos, los líderes intelectuales del catolicismo.

San Ignacio de Loyola, el fundador, quiso que sus miembros estuviesen siempre preparados para ser enviados, con la mayor celeridad, allí donde fueran requeridos por la Misión de la Iglesia, donde el Papa los necesitara, de ahí que los jesuitas profesen los tres votos normales de la vida religiosa (obediencia, pobreza y castidad) y, aparte, emiten un cuarto voto de obediencia al Papa, «circa missiones»[1] La Formula Instituti o Fórmula del Instituto (aprobada por Paulo III en 1540 y confirmada por Julio III en 1550), su documento fundamental, dice: «Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra».

La Compañía de Jesús ha sido una organización que ha vivido entre la alabanza y la crítica, siempre en la polémica. Su lealtad incondicional al Papa los ha colocado en más de un conflicto: con la Inglaterra isabelina, frente al absolutismo del Rey Sol, el regalismo español, con la Alemania de Bismarck, de donde fueron expulsados (durante el Kulturkampf) y con los gobiernos liberales de diversos países en América y Europa, que también los persiguieron. Asimismo los regímenes comunistas de Europa Oriental y de China limitaron ampliamente su actividad a partir de 1945.

La Compañía de Jesús desarrolló una actividad decisiva durante la Reforma católica, sobre todo en los años inmediatamente posteriores al Concilio de Trento; reconquistaron para el catolicismo regiones protestantes como Baviera en el sur de Alemania y los actuales estados de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado y Sarre en dicho país; el oeste de Polonia, Hungría, Austria, Bélgica y el sur de Holanda. Su presencia en la educación occidental y en las misiones en Asia, África y América ha sido muy activa. Ha contado entre sus filas a una larga serie de santos, teólogos, científicos, artistas y humanistas: San Francisco Javier, San Luis Gonzaga, Matteo Ricci, Francisco Suárez, Luis de Molina, Juan de Mariana, Christopher Clavius, San Pedro Claver, Eusebio Kino, Karl Rahner, Teilhard de Chardin, Bernard Lonergan, Carlo María Martini, Francisco Javier Clavijero, Ignacio Ellacuría, San Alberto Hurtado, etc.

Capítulos notables de su historia han sido el origen y desarrollo de sus colegios y universidades en Europa, la actividad misionera en la India, China y Japón, las reducciones de Bolivia y Paraguay, la exploración y evangelización del Canadá, del Mississipi y del Marañón, los conflictos teológicos con los protestantes y los jansenistas, su confrontación con la Ilustración, su supresión (1773) y su restauración (1814).

En 1965 llegaron a su máxima expansión numérica: 36.000 jesuitas en más de un centenar de unidades administrativas (provincias y misiones).

Juan Ignacio Molina


Molina se educó en Talca y en la escuela de los Jesuitas de Concepción (Chile). Desde muy temprano le atrajo la naturaleza del entorno donde se encontraba y su estudio. Dada su excelencia académica -especialmente en lenguajes- fue aceptado entre los jesuitas a los quince años de edad. En el año 1768, se vio obligado a abandonar Chile, debido a la orden de expulsión de la orden de los Jesuitas del reino de España. Se asentó en Italia donde, gracias a sus habilidades lingūísticas, obtuvo la cátedra de Lengua Griega en la Universidad de Bolonia. Sin embargo, pronto logro buena reputación como historiador y geógrafo, debido a su "Compendio della storia geografica, naturale e civile del regno del Cile" (1776) y "Saggio della storia civile del Cile" (1787)

Finalmente llegó a ser profesor de Ciencias Naturales (1803), dado sus estudios en esa área. Por ejemplo, publico (1782) el "Saggio sulla Storia Naturale del Cile", en el que describió por primera vez la historia natural de Chile e introdujo a la ciencia numerosas especies propias de ese país. Todas esas obras fueron traducidas, atrayendo considerable atención, al alemán, español, francés e inglés. En 1789 Schrank nombro en su honor un género de la familia Gramineæ, muy común en Europa, Molinia; y en el mismo año Jussieu clasificó el género Molinæa. En botánica es permisible escribir simplemente Molina cuando se hace una referencia a alguna de sus descripciones. También alcanzó el rango de miembro del Real Instituto Italiano de Ciencias, Letras y Artes y la alta dignidad de primer académico americano de la docta Academia del Instituto de las Ciencias.

Todavía de considerable interés y más controversial son sus "Analogías menos observadas de los tres reinos de la Naturaleza" (1815) y "Sobre la propagación del género humano en las diversas partes de la tierra" (1818). En la primera propuso -más de 4 décadas antes que Darwin- una teoría de la evolución gradual. De acuerdo a su proposición, el Creador organizó la naturaleza no en tres reinos (mineral, vegetal, animal) totalmente distintos, pero como una cadena continua de organización, sin pasos o quiebres bruscos, en "tres especies de vida, esto es, la vida formativa, la vegetativa y la sensitiva; de modo que la primera, destinada a los minerales, participe en algún grado de la segunda, propia de los vegetales, y esta, de la tercera, asignada a los animales". Así por ejemplo, los minerales cristalinos anteceden las formas vegetales más simples. Y las organizaciones vegetales complejas dan paso a las animales. En la segunda obra mencionada, Molina propone la tesis que las diferencias físicas observables en la raza humana se deben a factores climáticos y geográficos.

El impacto que tales ideas causaron fue tal que un mismo ex estudiante de Molina lo acusó de herejía y el obispo de Bolonia ordenó que un consejo de teólogos examinara su obra.

Afortunadamente para él, ese comité no encontró nada contra la fe en sus escritos y autorizó su publicación. A pesar de esto, sus "Analogías" no fueron publicadas por mucho tiempo, conservándose en Italia solo su original en castellano. Se puede argumentar que esto privó a Darwin -quien cita a Molina numerosas veces- y a sus partidarios de poderosos antecedentes y argumentos y le costó a Molina mismo la posibilidad de ser conocido como uno de los precursores de la teoría de evolución.