La influencia en América


Está establecida una marcada influencia de los modelos andaluces en los edificios privados construidos en América, tanto en la disposición general, como en los elementos de las residencias (patios, cierres, huecos...). Concretamente, dentro del ámbito de las construcciones rurales, las haciendas andaluzas sirven de referencia directa a las que se multiplican en las tierras americanas. En muchos casos, las propias haciendas andaluzas, cumplían un papel importante en la producción y almacenaje de productos destinados al Nuevo Mundo e, incluso, pertenecían a indianos. La Hacienda de San Ignacio de Torrequemada (1708), en Bollullos de la Mitación, por ejemplo, perteneció a la provincia de Chile de la Compañía de Jesús.

Las influencias se producen desde las construcciones mudéjares y renacentistas, pero sobre todo se perciben de forma clara a partir del siglo XVII, durante el barroco. Esta fuerte tradición andaluza se percibe en algunos de los elementos esenciales de la ordenación de las Haciendas, especialmente en la instrumentalización del patio como una constante arquitectónica, así como en la correlación morfológica producto de una actitud volumétrica y formal.


Sin embargo, no debe entenderse, en ningún caso, que se trató de una transposición total de los modelos andaluces al Nuevo Mundo. Al contrario, aunque los patrones de organización y tipología están claramente relacionados, existen evidentes diferencias entre la Hacienda Andaluza y las Haciendas americanas, comenzando por las causas que dieron lugar a su nacimiento, por las función social que adquieren y por el carácter y dimensión de los recintos, sin hablar de las propias finalidades productivas, pues recordemos que la corona prohibió al virreinato de Nueva España el cultivo de la vid y del olivo.

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